Desde hace ya algunos años, desde la Educación Física surge un planteamiento cooperativo del aprendizaje, lo que en nuestro área implica alejarse radicalmente de la competición y esto, muchas ocasiones, supone nadar contra la corriente.
En la actualidad estoy intentando que el aprendizaje cooperativo forme parte de la mayoría de las unidades didácticas de mi programación, pero no es fácil.
El cuento de Nadarín es una perfecta metáfora de la cooperación y la colaboración para conseguir un mismo objetivo. Yo lo utilizo para introducir la unidad didáctica de retos y desafíos cooperativos.
Los cuentos siempre son mejores en papel, así que os animo a tenerlo entre vuestras manos.
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